Hoy fuí con Marcos a buscar una carta al correo, de esas que envían los niños al "Viejito Pascuero", yo iba con la idea de elegir una niñita y lo primero que hice fue tomar un sobre rosado.
Lo abrí y me llamó la atención, sentí que lo que decía era verdad, que realmente estaba necesitada. La niña se llama Pilar y le pide al Viejito Pascuero una caja familiar (comestibles) y un par de zapatos Nº 36. Nos miramos con Marcos y decidimos quedarnos con la carta.
Luego seguí revisando otros sobres, más que nada por curiosidad, pues ibamos a buscar sólo una, la mayoría pedía un computador, bicicletas, barbies, set de princesas y no tenía la misma sensación con estas cartas, sentía que (aunque suene mal y Dios me perdone si estoy equivocada) ... pero sentía que era un "aprovechamiento".
Ya estabamos por salir de la oficina, cuando sentí dentro mío que debía sacar otra... tomé una tarjeta, estaba escrita por un niño, Juan, y comencé a leerla y corrieron las lágrimas, sentí una emoción tan grande, una angustia tremenda, una sensación de injusticia.
Juan relata que tiene 12 años, la tarjeta está escrita con su puño y letra, es inconfundible la caligrafía de un niño, cuenta que es el mayor de 4 hermanos y sólo quiere pedir "una cena para toda mi familia", nada más...
Partimos con Marcos a comprar cajas navideñas que venden ya listas en el supermercado y las complementaremos con más cosas: leche, galletas, etc. El domingo, cuando las llevemos a sus destinatarios le agregaremos unas bebidas, pan y pollo. Además tengo unos juguetes nuevos, de los cumpleaños de mis hijos, que aún están en su empaque original, que llevaré para entregarlos.
A Eduardo le causaron curiosidad esas cajas y le conté de qué se trataba, le dije que era el mejor regalo que podíamos hacer a Jesús en su cumpleaños y se apenó muchísimo, me pidió que le pusiera de su leche con sabor en las cajas y se fué a revisar la despensa para ver que más podíamos agregar. "Podemos poner servilletas, unos jugos, ¿les gustará el maní salado?, galletitas mamá!!... "
Todavía se me atora la garganta cuando leo las cartas, no sé porqué la de Juan me emociona más, quizás porque no pidió nada para él, quizás porque se llama Juan Jesús, quizás porque ya iba saliendo de correos cuando sentí que alguien más nos necesitaba, quizás porque gracias a Dios podremos cumplir su deseo y permitir que siga CONFIANDO en el viejito pascuero.
Bienvenid@!
Aquí comparto contigo los resultados de mis momentos de relajo en diversas manualidades, sobre todo en punto cruz.
Bienvenid@!!
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jueves, diciembre 21, 2006
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Tu presencia me insta a seguir mostrando mis creaciones.
Bendiciones,
Claudia
3 comentarios:
¡Qué bello gesto, Claudia! Os honra a ti y a Marcos ese ejemplo de generosidad y espíritu navideño que dais a vuestros hijos.
Te deseo que Dios te colme de felicidad porque te lo mereces, Claudia!
Un fuerte abrazo
Qué bonita experiencia... ¡me sacó unas lagrimitas de emoción! Me alegra mucho saber que Eduardo también la vivió con ustedes... ¿qué mejor momento para aprender a compartir y amar que cuando somos niñ@s?
¡Besos para tod@s!!
Es muy conmovedor leer las cartas que envían aquellos niños, igual como decía hay algunos que se aprovechan. Lo bueno es que los niños que más necesitan con sus cartas nos roban un pokito el corazón y uno, aunque sea una vez al año, puede hacerlos felices.
Este año mi niño se llama Pablo, tiene 6 años y lo único que pedía era una pista de autitos de carrera... cómo uno se va a resistir a ver reír a un niño, cierto?
Saludines a todos por allá
Seguiré viendo el blog :)
Chaus
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